El restaurante Windsor siempre ha tenido clientes importantes, unos más conocidos que otros, pero su cocina catalana contemporánea ha llamado la atención de muchas ‘celebrities’. Una de ellas, Beyoncé. Sucedió en marzo del 2014.
«Recibimos una llamada en la que nos pedían un reservado para alguien muy importante, que teníamos que ser muy muy discretos, y que para una mesa para dos adultos y un niño teníamos que reservar tres de los salones privados que tenemos. Pero no nos dijeron el nombre de la persona», recuerda Joan Junyent, director del establecimiento. Cuál fue la sorpresa cuando aparecieron por la puerta Beyoncé, su marido, Jay-Z, y su primera hija, Blue Ivy.
«Es una chica muy amable y simpática. Siempre se dirigió al personal de sala con una sonrisa, siempre relajada». Había dado un concierto la noche anterior y vino en plan distendido y relajado, tanto en ánimo como en estilismo: chándal, pelo suelto… «La niña corría por el salón y Beyoncé y Jay-Z iban a lo suyo, es decir, disfrutando de los platos que les servíamos», relata Junyent. Comieron platos de la carta.
Beyoncé es una estrella mundial así que siempre va rodeaba de un numeroso equipo de seguridad, incluso en una comida informal como la que celebró en Windsor: un guardaespaldas en la puerta del salón, otro en el pasillo y otro más en la entrada del restaurante, más dos agentes más en el coche que les llevaba, más otro de escolta.