El huerto y el mercado son los grandes protagonistas de la carta de Windsor, entre los mejores restaurantes de Barcelona, que desde sus iniciosha hecho bandera de los productos de temporada, de lo que nos depara el huerto en cada estación, para sacar el mejor partido de cada una de las joyas que tenemos a nuestro alcance gracias a los proveedores de proximidad con los que trabajamos. Y es que año tras año nos seguimos maravillando de los prodigios que nos brinda el huerto mediterráneo, una fascinación que alcanza su punto álgido, probablemente, en primavera, donde las cestas que llegan a nuestro restaurante se tiñen de colores y aromas, y abren un gran abanico de posibilidades para nuestro equipo de cocina.
Así pues, fresas, cerezas, espárragos, judías verdes, rúcula o remolacha llegan a Windsor para demostrar que cuando se dispone de la mejor materia prima, pocos aderezos necesita para resultar excelente. Basta una técnica precisa, un buen conocimiento del producto y las cocciones –además, claro, de ese intangible que algunos llaman genio– para crear auténticas obras de arte con apenas dos productos del huerto. En Windsor, además, intentamos que en la medida de lo posible nuestra materia prima sea también ecológica, para poder disfrutar de todo su potencial, del mejor sabor y de esos aromas inconfundibles que, sin duda, también son parte de la experiencia gastronómica.
Algo que siempre nos ha fascinado son los productos de temporalidad muy corta, a los que en Windsor amamos y cuidamos tratando de sacar el mejor provecho mientras duren, que encontraréis en carta o en nuestros menú degustación.Gracias a la estrecha relación con nuestros proveedores de referencia, en Windsor aprovechamos al máximo algunos de ellos, como son la fresa, la cereza, los guisantes, las colmenillas, el caqui, las uvas o las habas, y los trabajamos en el momento del año en que están en todo su esplendor para ofrecer lo mejor a sus clientes. Sacamos el máximo provecho de ellos mientras duran y, cuando se acaban su temporada, les decimos adiós hasta el año siguiente mientras ideamos nuevas técnicas y recetas.
Es el caso de nuestra tapa de tomate de temporada con fresones y ventresca de atún, un derroche de sabor que entra por los ojos y que se convierte en el entrante perfecto, ligero y refrescante, en esta época del año. Sus fresones en estado de Gràcia, la suave textura de la ventresca y un aliño con el mejor aceite de oliva virgen extra nos empiezan a recordar que el verano se acerca y nos retrotraen, sin movernos del centro de Barcelona, a esas largas veladas al aire libre en compañía de los nuestros. Y es que en Windsor lo tenemos claro: menos es más, y el mejor producto necesita pocos aderezos para introducirnos en un universo sensorial único desde el primer bocado, convirtiendo el acto de comer en una experiencia que va mucho más allá de la gastronomía.
Nuestro gazpacho de cereza, muy aclamado por la clientela, es otro buen ejemplo de cómo en Windsor mimamos al máximo el producto estacional. Y no solo eso: también ha marcado nuestra trayectoria desde nuestro nacimiento la voluntad de ofrecer una cocina saludable y ligera, rica en su sencillez, sabedores de que nuestra clientela desea cuidarse por dentro del mismo modo que lo hace por fuera.
También los guisantes son la niña de los ojos de Windsor, cuina catalana Barcelona, una legumbre tan versátil y delicada que, cuando es temporada, allá en febrero, la convertimos en protagonista de un menú completo (postres incluidos, muy pero que muy sorprendentes) que nos encanta preparar. Por no hablar de otro menú de temporalidad limitada que fascina a nuestra clientela: el Menú Escudella, que nosotros elaboramos desgrasada y servimos en el centro de la mesa, a la antigua usanza, una propuesta que tiene auténticos fans.
Y las uvas, que nos regalan grandes guarniciones de invierno, o algunos productos otoñales de temporalidad muy corta que año tras año disfrutamos cocinando mientras el huerto nos lo permite: es el caso del boniato, con el que elaboramos una crema que hace las delicias de nuestros comensales más sibaritas. O las carnes de caza, desde perdices a codornices, ciervo, liebre, conejo, corzo, jabalí… Todas ellas carnes nobles y sabrosas que dan lugar preparaciones exquisitas, de los que invitan al recogimiento cuando el cuerpo nos empieza a pedir sabores profundos y colores oscuros después de la ligereza y frescura de la cocina de verano.
Higos, habas, sandía, melón y otros productos de estacionalidad corta están por llegar también a la carta de Windsor para seguir construyendo esa cocina tradicional catalana reinventada que ha sido nuestra seña de identidad desde nuestros orígenes y que es y será siempre la base de nuestro ADN. A disfrutar en petit comité, en una celebración familiar, comida de empresa, tanto en nuestros salones como en una de las mejores terrazas de Barcelona, la de Windsor.